Revista Digital Ahora 34 - page 53

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Cámara Argentina de Seguridad
1930, ya que a esa fecha sabíamos que
el tabaco hacía mal, lo que no se sabía
cuánto”.
Esta contaminación por
campos elec-
tromagnéticos (CEM)
originados en
transformadores, líneas de alta ten-
sión, Wi-Fi, se agrava con el incremen-
to exponencial de la telefonía celular.
En virtud de los riesgos que entraña
esta tecnología, la OMS incluyó a la
misma dentro del
Grupo 2B: Como po-
sible cancerígeno para los seres huma-
nos
, conjuntamente con el peligroso
insecticida DDT (prohibido en casi todo
el mundo) y el cigarrillo.
De ser ciertas todas estas adverten-
cias, evidentemente estamos en pro-
blemas, ya que la telefonía celular y
el Wi-Fi, ha generado una extendida
adhesión y adicción en toda la comu-
nidad.
Debemos ser conscientes que todo ese
poderoso arsenal tecnológico men-
cionado, tiene y tendrá cada vez más
incidencia en la vida diaria y en sus
distintas manifestaciones. Impactan-
do ya fuertemente en la actividad edu-
cativa y pedagógica, con todo lo bueno
y malo que ello puede encerrar.
A pesar de las voces de alertas, es un
hecho objetivo que los niños, desde
sus primeros años, interactúan cada
vez más con ese bagaje tecnológico.
Para muchos, incluidos padres, funcio-
narios y pedagogos, el uso y manejo
de la computación y otros dispositivos
de la era digital, son alabados sin un
análisis crítico de sus implicancias e
influencias.
Se dan
por cier-
tas
todas
sus ventajas,
elevando a la mis-
ma, a la categoría de
panacea de la evolución
humana.
Tan es así que, el reparto de compu-
tadoras personales por parte de los
gobiernos de turno a estudiantes,
constituye una muestra de progresis-
mo y modernidad, como si ello por sí
mismo, significara un avance en los
contenidos, calidad educativa o en la
comprensión de los educandos.
La fe en ese sistema se puede sinte-
tizar en lo siguiente: “la revolución
digital hará que los recursos no sean
escasos, sino ampliamente accesibles;
las oportunidades de aprender serán
abundantes, y las personas tendrán la
habilidad de entrar y salir de ese flujo
de aprendizaje con mayor facilidad.
Quien anticipa este escenario para la
educación es Marina Gorbis, directora
del Instituto para el Futuro, un think
tank en Palo Alto que desde los años
70 desarrolla métodos para anticipar
tendencias y escenarios”.
Creo que estos tanques de ideas, más
que anticipar tendencias y escenarios,
los imponen, en un mundo anómico,
que en muchos aspectos ha perdido su
capacidad de alerta y de análisis críti-
co en torno de proyectos alienantes o
cuando menos de dudosa eficacia.
Es signifi-
cativo lo informado
por el diario Le Monde: los expertos
prefieren que sus hijos vayan a escue-
las en las que no usan computadoras.
Es el caso de profesionales de Silicon
Valley(norte de California y centro lí-
der para innovación y desarrollo de
alta tecnología), donde prefieren que,
por lo menos en las escuelas, sus hijos
estudien sin ellas.
La Waldorf School, cerca de la zona, es
una de las escuelas que eligen los hi-
perconectados empleados de Google,
Apple y de otras empresas de punta
de la computación para que sus hi-
jos se eduquen alejados de pantallas.
Tres cuartos de alumnos inscritos en
la Waldorf son hijos de personas que
trabajan en las nuevas tecnologías.
El medio recoge el testimonio de un
padre, Pierre Laurent, quien trabaja en
Microsoft hace 12 años y eligió esa es-
cuela porque no confunde informática
con aprendizaje humano. La computa-
dora no es más que una herramienta, y
quien sólo tiene un martillo piensa que
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