Cámara Argentina de Seguridad
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S
in dar por sentado o afirmar
categóricamente que la conta-
minación electromagnética sea
una de las peores plagas de la moder-
nidad, como lo expresan cada vez más
numerosos estudios e informes cien-
tíficos, que reseñan su negatividad,
uno debe comenzar a prestar atención
a este posible factor de perturbación
sanitaria.
Cada vez y con mayor asiduidad, mé-
dicos e investigadores atribuyen a esa
contaminación efectos indeseables,
susceptibles de generar patologías
que tendrían incidencia en la morbi-
mortalidad de las personas.
A pesar de ello, y tratando de mante-
ner una objetividad e imparcialidad,
no sencilla en torno al tema, reconozco
que existe una biblioteca a favor que
resalta la inocuidad de esta radiación y
otra que expresa lo opuesto.
Esta disputa no es pacífica, ya que los
intereses en juego son muchos y po-
derosos. Pero, ello no nos debe impe-
dir reconocer, que en los últimos años
han aparecido una serie de patologías,
otrora no comunes, imputables según
muchos a esta forma de radiación.
Dentro de la amplia bibliografía so-
bre el tema, los especialistas señalan:
déficit de atención, hiperactividad,
irritabilidad, alteraciones de concen-
tración y memoria, prurito, molestias
oculares, dermatitis, dolores muscu-
lares, cefalea, insomnio,
y en los casos
en que la exposición es a largo plazo:
electrohipersensibilidad, síndrome de
fatiga crónica, depresión, arritmias, al-
teraciones cardíacas, epilepsia, autis-
mo, Alzheimer, Párkinson, infertilidad,
alteraciones hormonales, leucemia y
diversos cánceres
.
Recientemente un galeno me decía
en torno a esta forma de polución:
“estamos igual que con el cigarrillo en
Salud
Contaminación
electromagnética.
Educación y futuro