Seguridad e Higiene
Cámara Argentina de Seguridad
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La gestión de emergencias
D
ía a día el ciudadano común
toma conocimiento a través
de los medios de comuni-
cación sobre la ocurrencia de algún
evento adverso ya sea natural o pro-
vocado por el hombre que trae como
consecuencia innumerables muertes,
lesiones, además de millonarias pér-
didas materiales.
Si sólo tomamos datos del año 2010
y nos referimos a eventos adversos
de origen natural, podemos señalar
que los mayores desastres ocurridos
fueron:
1) El
terremoto
ocurrido el 12 de ene-
ro a las 16:53 horas, con epicen-
tro localizado a 15 kilómetros de
Puerto Príncipe, Haití, con resulta-
do de aproximadamente 200.000
víctimas fatales, miles de heridos
y cuantiosas pérdidas materiales y
aún hoy más de un millón de per-
sonas siguen viviendo en centros
de evacuados.
2)
Terremoto
del 27 de febrero a las
03:34 horas en Chile, con una in-
tensidad 500 veces mayor que
el ocurrido en Haití, pero con un
resultado de aproximadamente
1.000 muertos, la pérdida de unas
500.000 viviendas, además de
quedar severamente comprometi-
da la infraestructura productiva.
3) Las
inundaciones
provocadas por
las intensas lluvias caídas entre
el 27 de julio y el 7 de agosto, en
Afganistán, generando aproxima-
damente 1.500 muertes y daños
en la infraestructura social y pro-
ductiva.
4)
Olas de calor
con temperaturas
extremas ocurridas en Rusia, a me-
diados de julio y para fines de año
ola de frío en el hemisferio norte
(Europa, Estados Unidos).
5)
Erupción
del volcán Eyjafjallajökull
ubicado en Islandia, desatado a
fines de marzo, obligando a reali-
zar la evacuación de poblaciones
cercanas y posteriormente la in-
terrupción de más de 5.000 vuelos
comerciales en el norte de Europa.
Podemos ver la magnitud de los he-
chos y las consecuencias desastro-
sas en cantidad de víctimas fatales y
daños en viviendas e infraestructura
productiva, lo que conlleva a situacio-
nes conflictivas a nivel social, político
y económico, hasta poder lograrse las
condiciones necesarias para retomar
la actividad en igual o mejor situación
a la que existía antes que ocurriera el
evento adverso.
Según
estimaciones de la ONU
, en la
última década
se
produjeron
aproxi-
madamente
800.000 víctimas fatales
por desastres de origen natura
l, las
que se potencializaron con la proble-
mática del cambio climático.
Tengamos en cuenta que no analiza-
mos los eventos adversos producidos
por el hombre o también denomi-
nados de origen antrópico como ser
grandes incendios, accidentes terres-
tres, aéreos y marítimos/fluviales,
atentados, incidentes con materiales
peligrosos, enfrentamientos bélicos,
crisis sociales, hambrunas, etc., los
que generan una gran cantidad de
víctimas.
Frente a este panorama
nadie queda
exento
de estar expuesto a semejan-
tes consecuencias, tanto desde lo pú-
blico como de lo privado.
Si bien no fueron nombrados eventos
que ocurren con mayor frecuencia
pero con menor severidad, ya que sin
comprometer la vida de las personas,
pueden provocar lesiones o daños
en el patrimonio tanto de ciudada-
nos como de empresas, es importan-
te señalar que si se tomaran ciertas
mediadas previas, en el mejor de los
casos pueden evitarse o en su defec-
to disminuir a un nivel aceptable las
consecuencias negativas.
¿Podemos gestionar las
emergencias y desastres?
La respuesta es
SI
y podemos lograrlo
realizando una serie de actividades
coordinadas en los distintos ámbitos
público y privado, es decir tanto des-
de una comunidad, como así también
desde una empresa y hasta combi-
nar ambas para disminuir el riesgo,
identificándolo previamente y poste-
riormente gestionándolo, evitando o
impidiendo que ocurra,
es decir previ-
niendo
, mitigando las consecuencias